lunes, 29 de febrero de 2016

Cuando no decido, cuando incluso ni decido ser


¿Quién soy?: Lo que decido ser
Alex Robira. El Laberinto de la felicidad
Dios es yo. Y yo soy Dios precisamente cuando ceso de ser yo, es decir, cuando dejo de identificarme con cualquier tipo de identidad, sea física o espiritual, sea individual o colectiva.
Emilio Carrillo. Posdata a la Canción del Yo Soy (Entrada del blog de fecha 17 de febrero pasado)
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1. Cuando decido ser, lo que decido ser soy. ¿Y si no decido ser?. Cuando no decido, cuando incluso ni decido ser, Soy.
2. Dos mundos conviven en este: el que Es, ajeno a “mi” decisión de ser; y el que creo por “mi” decisión de ser. El primero es el mundo del Yo Soy; el segundo, el mundo del yo soy. Ambos son divinos y maravillosos. Y los dos tienen sus propias reglas de juego.
3. El mundo del yo soy, creado por mi decisión de ser, es mi responsabilidad al cien por cien. Todo lo que en él ocurre, sucede y acontece es mi creación. Todo, absolutamente todo, es consecuencia de mi decisión de ser y proyección de lo que soy como consecuencia de esa decisión, haciendo que mi vida y todo lo que me rodea, sin excepción alguna, sean “espejos” de lo que he decidido ser (*). El mundo del yo soy es una colosal Matriz Holográfica que se ajusta y amolda en todo –espacio, tiempo, perfiles, personajes, eventos, circunstancias, límites,…- a lo que he decidido ser. Es un mundo mágico en el que todo es Verdad y nada es Real, pues todas las realidades son super-cuánticas y super-simétricas, mutan constante e interactivamente, ostentan perfiles holográficos y matriciales y son diferentes en función del observador, de su decisión de ser y de la evolución de su estado consciencial.
4. El mundo del Yo Soy es ajeno a cualquier Verdad e intrínseca y esencialmente Real. Precisamente por esto, no puede ser descrito con palabras, pues es inabarcable para la mente. El mundo del Yo Soy no puede ser pensado, sino Vivido. El mundo del Yo Soy es la Vida en toda su Pureza, sin aditivos materiales ni colorantes mentales. En él, Vivir es la exclusiva Experiencia. Por lo mismo, el mundo del Yo Soy es Amor.
5. En el mundo del yo soy, desde mi decisión de ser busco mi contento y mi cuidado. Y "mi deseo de estar contento origina el dolor de mi vida y del mundo" (Buda), a través de la cadena de eventos de dualismo y fragmentación que ese deseo produce en la Matriz Holográfica.
6. En el mundo del Yo Soy: “quedeme y olvideme, el rostro recliné sobre el Amado, cesó todo y dejeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado” (San Juan de la Cruz, en Noche Oscura).
7. Siendo tan distintos, ambos mundos, el del Yo Soy y el del yo soy, confluyen en un mismo punto: el Aquí y Ahora. No en balde, en la vida cotidiana, entre cada estímulo, hecho o impacto que se recibe y la respuesta al mismo se encuentra el Aquí y Ahora, un espacio sagrado de libertad donde se genera la actitud con la que la Vida se vive desde la reacción ante cada estímulo.
8. En el mundo del yo soy, esa actitud está en función de mi decisión de ser. Y la actitud elegida ocasiona emociones y pensamientos que se plasman en acciones. Y las acciones repetidas se convierten en hábitos, que determinan nuestro carácter, que define la visión de la vida y la muerte: el sentido que le otorgamos a la vida y el significado que le damos y le daremos, cuando acometamos el tránsito, a lo que llamamos muerte.
9. En el mundo del Yo Soy, esa actitud no es otra que la Vida misma: ¡Vivir como exclusiva Experiencia !. Y esto representa;
+Confiar radicalmente en la Providencia.
+Ser Amor, lo que significa, a su vez, respeto a la libertad y evolución de los demás y aceptación: aceptar al otro; aceptar todo y a todos. Sólo así no hay dualidad y lo otro o el otro se hace Uno con Uno mismo. Y aceptar no es aguantarse con lo que no se está de acuerdo, sino desprenderse de las emociones egóicas y no estar en acuerdo o desacuerdo con nada ni con nadie.
+Fluir en libertad y alegría, sin inquietud o preocupación alguna, pues todo es Perfecto y se halla en el Aquí y Ahora para que despleguemos la Felicidad que es nuestro Estado Natural (tan natural que ni siquiera debe ser llamada Felicidad, pues no hay dolor o infelicidad con la que dualmente contrastarla).
10. Dios es yo. Y yo soy Dios cuando ceso de ser yo: Yo Soy
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(*) Por ejemplo:
+Si mi decisión de ser es “ser bueno”, inevitablemente crearé a quienes sean “malos”, pues si estos no existieran, mi deseo de ser “bueno” no podría plasmarse en la “realidad” por mi generada. Igualmente, crearé la “maldad” que lleva a los “malos” a serlo, así como la “bondad” que a mí me hace “bueno”.
+Si mi decisión de ser es “estar despierto”, ineludiblemente crearé a los que estén “dormidos”, ya que si estos no existieran, mi deseo de “estar despierto” carecería de sentido en la “realidad” desde mi engendrada. Del mismo modo, crearé los motivos que hacen que los “dormidos” lo estén, así como las razones que provocan mi “despertar”.
+Si mi decisión de ser es “ser un salvador”, forzosamente crearé tanto las “víctimas” a quienes deba y pueda “salvar” como el “algo”, el “verdugo” o el “perseguidor” que hostiga a las “víctimas” y del que yo, “salvador”, las voy a “salvar”.