sábado, 12 de octubre de 2013

Mensaje de amor incondicional hopi



Sin reserva ni duda, permito que estés en el mundo como eres, sin un pensamiento o palabra de juicio… No veo error alguno en las cosas que puedas decir ni hacer, sentir y creer porque entiendo que te estás honrando a ti mismo al ser y hacer lo que es verdad para ti.

No puedo recorrer la vida con tus ojos ni verla a través de tu corazón. No he estado donde tú has estado ni experimentado lo que tú has experimentado, viendo la vida desde tu perspectiva única. Te aprecio exactamente cómo eres, siendo tu propia y singular chispa de la Conciencia Infinita, buscando encontrar tu propia forma individual de relacionarte con el mundo.





Sin reserva ni duda, te permito cada elección para que aprendas de la forma que te parezca apropiada. Es vital que seas tu propia persona y no alguien que yo u otros piensen que “deberías” ser. En la medida de mi capacidad, sin denigrarme o ponerme en un compromiso, te apoyaré en eso.


No puedo saber lo que es lo mejor para ti, lo que es verdad para ti o lo que necesitas porque no sé lo que has elegido aprender, cómo has elegido aprenderlo, con quien o en qué periodo de tiempo. Sólo tú puedes sentir tu excitación interna y escuchar tu voz interna – yo sólo tengo la mía. Reconozco que, aunque sean diferentes entre sí, todas las maneras de percibir y experimentar las diferentes facetas de nuestro mundo, todas son válidas.


Sin reserva ni duda admito las elecciones que hagas en cada momento. No emito juicio sobre esto porque es imprescindible que honre tu derecho a tu evolución individual, porque esto da poder a ese derecho para mí y para todos los otros. A aquellos que elegirían un camino que no puedo andar o que no andaría, y aunque puede que elija no añadir mi poder y mi energía a ese camino, nunca te negaré el regalo de amor que Dios me ha concedido para toda la creación. Como te amo, así seré amado. Así como siembro, recogeré.





Sin reserva ni duda, te permito el derecho universal de libre albedrío para andar tu propio camino, creando etapas o manteniéndote quieto cuando sientas que es apropiado para ti. No puedo ver siempre el cuadro más grande del Orden Divino y así no emitiré juicio sobre si tus pasos son grandes o pequeños, ligeros o pesados o conduzcan hacia arriba o hacia abajo, porque esto sólo sería mi punto de vista. Aunque vea que no haces nada y juzgue que esto es indigno, yo reconozco que puede que seas el que traiga una gran sanación al permanecer en calma, bendecido por la Luz de Dios. Porque es el derecho inalienable de toda vida el elegir su propia evolución, y sin reserva ni duda reconozco tu derecho a determinar tu propio futuro.


Con humildad, me postro ante la comprensión de que el camino que veo es mejor para mí no significa que sea también correcto para ti, que lo que yo creo no es necesariamente verdad para ti. Sé que eres guiado como yo lo soy, siguiendo tu entusiasmo interno por conocer tu propio camino. Sé que las muchas razas, religiones, costumbres, nacionalidades y creencias en nuestro mundo nos traen una gran riqueza y nos procuran los beneficios y enseñanzas de tal diversidad. Sé que cada uno de nosotros aprende en nuestra manera única para devolver ese amor y sabiduría al todo. Entiendo que si sólo hubiese una forma de hacer algo, sólo necesitaría haber una persona.


Apreciaré tu luz interna única te comportes o no de la manera en la que considero que deberías, aunque creas en cosas que yo no creo. Entiendo que eres verdaderamente mi hermano y mi hermana, aunque puede que hayas nacido en un lugar diferente y creas en diferentes ideales. El amor que siento es por absolutamente todo lo que es.





Sé que cada cosa viva es una parte de una conciencia y siento un amor profundo por cada persona, animal, árbol, piedra y flor, por cada pájaro, río y océano y por todo lo que es en el mundo. Vivo mi vida en servicio amoroso, siendo el mejor yo que pueda, haciéndome más sabio en la perfección de la Verdad Divina, haciéndome más feliz, más sano y cada vez más abundante y gozoso.
Aunque a lo largo del camino puede que me gustes, sienta indiferencia por ti o me disgustes, no voy a dejar de amarte, de honrar tu singularidad y de permitirte ser tú.

Ésta es la llave de la paz y armonía en nuestras vidas y en nuestra Tierra porque es la piedra central del Amor Incondicional.



In lak’ech!
¡Soy otro tú!


 No odies a nadie,

sé amistoso y compasivo,
abandona todo pensamiento egoista,
y sé imperturbable tanto en el placer como en el dolor.

Feliz y siempre armonizado,
tu propio ego reprimido, con propósito firme,
con tu mente y tu alma dirigidas hacia mí,
adórame con amor,
para que así yo te ame a cambio.

Amo al hombre del que la gente no se escandaliza,
y que no se escandaliza de la gente,
que está libre de exaltación, miedo,
impaciencia y excitación.

Amo al hombre que no espera nada,
puro y hábil, indiferente,
sin preocupaciones inútiles y que abandona
toda empresa egoista, abrigado por mí.

Amo al hombre que no odia ni se regocija,
que no se lamenta ni desea,
que rechaza tanto lo placentero como lo desagradable,
que es fiel, devoto y sincero.

Amo al hombre que se comporta
igual con amigos y enemigos,
indiferente con las alabanzas o los desprecios,
el mismo haga frío o calor, en el placer o en el dolor...

Bhagavad-Gita
 
No persigas las marañas externas, 
Mora en el vacío interno; 
Sé sereno en la unidad de las cosas, 
Y (el dualismo) se desvanecerá por sí solo. 

Cuando te esfuerzas por ganar la quietud, deteniendo el movimiento, 
La quietud así ganada está siempre en movimiento;
Mientras te demores en el dualismo,
¿Cómo puedes realizar la unidad?

Y cuando la unidad no se entiende cabalmente,
De dos modos se soporta la pérdida:
La negación de la realidad es su afirmación,
Y la afirmación del vacío es su negación.






HSIN-HSIN-MING
  Creer en la Mente - El Libro de la Nada

Sosan (tercer patriarca Zen, falleció el 606 d.C.)

RECIPROCIDAD

Las manos toman, pero también dan.
La boca saborea, pero también habla.
La nariz respira, pero también olfatea.
Los ojos ven, pero también muestran.
Los oídos escuchan, pero también equilibran.

Las manos nos enseñan a no ser egoístas.
La boca nos enseña a dar gracias en palabra y canción.
La nariz nos enseña a aprender de nuestro entorno.
Los ojos nos enseñan a mostrar compasión y sinceridad.
Los oídos nos enseñan a mantener nuestro equilibrio.

Todas nuestras partes tanto dan como reciben. Funcionan en el principio de la reciprocidad inherente en su mismo carácter. Si nuestros sentidos son tan nobles, ¿no deberíamos serlo también nosotros?

Los ojos de una persona dedicada muestran una fortaleza interior y un carisma que los ojos de la persona común no muestran. Científicamente, sabemos que un ojo es un ojo, un mero órgano, sin embargo experiencialmente sabemos que los ojos son ventanas virtuales hacia el alma. Para nosotros lograr una profundidad de carácter similar, debemos vivir acorde a la nobleza inherente de nuestra naturaleza. Cada uno de nuestros sentidos no es simplemente una facultad de recolección de información, sino también un canal de expresión.


 www.vivirtao.com